Comenzar lavando y cepillando las batatas. Luego pelarlas y cortarlas en cubos parejos y medianos, para que después obtengan una cocción pareja. A medida que se van cortando los cubos, los vamos dejando en un recipiente con agua fría.

Mientras tanto ponemos a hervir en una cacerola abundante agua. Adicionamos un palmo de sal gruesa al agua ya hirviendo y allí cocinamos los cubos de batata. Al hacerlo a partir de agua hirviendo, se evitará una gran pérdida de sabor del producto. Asimismo, es recomendable adicionar al agua de cocción de las batatas, un poco de jugo de limón para evitar que las mismas se oscurezcan.

Es necesario controlar la cocción, ya que si dejamos que se deshagan por exceso de hervor, ahí perderemos mucho sabor y además se cargarían de agua. Por lo tanto, transcurridos unos minutos de hervor, pinchamos un cubo y si lo notamos tierno, colamos y hacemos puré, es decir pasamos las batatas cocidas a través de un pisa puré.

Luego colocamos el puré dentro de una cacerolita a fuego bajo y adicionamos manteca, azúcar, miel y la ralladura de la piel de naranja. Rectificamos la sal, sumamos abundante pimienta negra molida, dos yemas de huevo y mezclamos o mejor, directamente batimos, con un batidor de alambres mientras la preparación sigue sobre el fuego bajo. Luego reservamos el puré tapado.

Con respecto a la ralladura de la piel externa de una naranja, es conveniente realizarla con un rallador fino, a fin de no extraer la parte blanca del cítrico, sino solamente la piel externa.

Por otro lado lavar y pelar las cebollas y picarlas finamente. Lavar el pimiento y cortarlo en cubos pequeños retirándole las semillas y nervaduras internas. Lavar y picar las cebollitas de verdeo.